ENTREVISTA
SOBRE LA CRISIS GRIEGA, EUROPEA Y MUNDIAL
Preguntas
(P) y Respuestas (R)
1ªP.
Tras leer tu artículo sobre la crisis griega y sus repercusiones en el mundo,
publicado en la revista Istmo de la Unión Helénica Peloponense, de septiembre
pasado, me gustaría preguntarte, en directo, lo siguiente, para empezar: ¿por
qué se producen las crisis económicas y, en especial, esta vez, en Grecia, país
de la Zona Euro?
1ªR.
En primer lugar, basándonos en la ciencia económica, sabemos que se producen,
periódicamente, los llamados “ciclos económicos”, que ya fueron estudiados por
el economista ruso Kondrátiev, que los denominó “ciclos K”, estableciendo dos
ondas o fases: una ascendente o de expansión económica, de unos 25 años de
duración (fase A) y otra descendente o de estancamiento y recesión de duración
similar (fase B). Aunque, también, podría hablarse de ciclos de duración mucho
más larga, si bien todo esto podría cambiar si actuamos de forma armónica,
entre todos, obedeciendo las leyes de la economía.
En cuanto
al porqué afectó, en primer término, a Grecia, hay que recordar que la crisis
actual tiene su origen en Estados Unidos, donde surgieron graves problemas
bancarios y financieros, sobre todo, en 2008, y debido a que estamos en una
economía global, la crisis norteamericana se trasladó, inmediatamente, a
Europa, siendo Grecia el país más vulnerable, al constatarse en Bruselas
(capital de la Europa comunitaria) que, a principios de 2010, los datos
facilitados por Atenas, en cuanto al nivel de déficit público y deuda pública o
soberana, no se ajustaban a la realidad, lo que propició la necesidad de iniciar
una serie de ajustes económicos y financieros para intentar equilibrar la
economía helena, lo cual exigió acudir a
su rescate financiero por parte de la Eurozona, que, como es sabido, está constituida
por 17 países de los 27 que forman la llamada “Unión Europea”, que, en
realidad, todavía en estos momentos, no deja de ser más que una “unión
económica y monetaria de alcance limitado y no una verdadera unión política”,
que es lo que realmente le daría una sólida credibilidad internacional.
2ªP.
¿Por qué le siguieron en la petición de rescate financiero otros países, tales
como Irlanda y Portugal?
2ª
R. En una economía globalizada y más aún en los países de la Eurozona, las
economías nacionales están entrelazadas, de manera que si una de ellas tiene
problemas financieros, se contagia o traslada a las demás, como fichas de un
dominó. Además, al no funcionar la Unión Europea y dentro de ella, más
específicamente, la Zona Euro, como un solo Estado Federal con soberanía propia
sobre los grandes parámetros macroeconómicos indispensables para lograr el equilibrio financiero, es decir, mediante
el control de los ingresos (política fiscal), el control de los gastos
(política presupuestaria), el control de la deuda (política monetaria) y el
control de la productividad (política laboral), es lógico que, una crisis tan
grave como la actual, se desate de manera más virulenta, al estar frente a 27
países, de las más diversas características, normas legales e idiomas
diferentes, que constituyen, en su conjunto, un importante hándicap para lograr una verdadera
cohesión interna, por falta de armonización entre todas estas economías
nacionales tan diversas las unas de las otras.
Por
ello, fueron los líderes políticos de sólo dos países: Alemania y Francia, las
potencias más importantes de la Eurozona y líderes del euro, los que acordaron,
a finales de 2010, que los inversores privados (comúnmente llamados “los
mercados”) acudieran al rescate de países con problemas financieros, aparte del
Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que hizo
que se desatara un huracán o tsunami financiero, con lo cual las agencias de
calificación internacionales, tales como Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s
(S&P), empezaron a rebajar la calificación de la deuda soberana de los
países de la Eurozona, disparándose, con ello, la denominada “prima de riesgo”
o diferencial de tipos de interés con respecto a la mayor potencia europea, que
es Alemania, considerado como seguro y solvente de la Unión Europea.
Esta
actuación produjo una subida de los tipos de interés aplicables a nuevas
emisiones de deuda pública de los países más endeudados que necesitaban
refinanciar su deuda para no llegar a la suspensión de pagos o “default”, creando
una situación comparable a la del “pez que se muerde la cola”, pues cuanto más
altos sean los tipos de interés exigidos por los mercados o inversores,
tanto más dificultades tendrán países como
Grecia, Irlanda y Portugal, en devolver esos préstamos de fuera, con intereses
cada vez más altos, generando una situación financiera cada vez más grave,
conforme va transcurriendo la crisis económica y financiera….
Pensemos,
simplemente, cómo puede hacerse frente
al pago de nueva deuda generada para hacer frente a pagos internacionales de
hoy, si en lugar de pagar el 1% en la Eurozona, en condiciones normales, que ya
representa el doble que en el Reino Unido o el cuádruple de Estados Unidos,
estos países se ven obligados a pagar 5 o 6 veces más de intereses, con el
efecto colateral de que este gasto presupuestario enorme hace que tenga que
detraerse ese dinero de lo que se necesita para emplearlo en educación,
inversión productiva o creación de empleo, premisas básicas para salir de la
crisis.
3ªP.
¿Por qué la Unión Europea no funciona como los Estados Unidos de Norteamérica?
3ªR.
Como ya he dicho, contrariamente a EE.UU., en la Unión Europea hay 27 países,
que, cada uno, lleva las riendas de su economía, que son muy diversas entre sí
y con intereses muchas veces contrapuestos, a pesar de existir instituciones
europeas, tales como el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Consejo
Europeo y el Tribunal de Justicia Europeo, y tener designados a altos ejecutivos de dichos
Organismos, sin que, en la práctica, tengan verdadero poder sobre sus estados
miembros. La verdad es que, a nivel europeo, se dictan todo tipo de Directivas
Comunitarias, que son de obligado cumplimiento por todos los países miembros,
que afectan al mundo económico y financiero, pero que cada país miembro puede
adaptarlas a su situación particular, por lo que, de hecho, se producen 27
legislaciones nacionales, en las que se producen disparidades, a veces,
enormes, entre ellas, dentro de los márgenes (o “brackets”) concedidos por
dichas Directivas, que no ayudan, realmente, a la verdadera armonización
comunitaria en el seno de la Unión Europea. Por ello, sería necesario dictar
Directivas que vincularan, directamente, a todos los países miembros,
constituyendo normas legales aplicables, sin modificación, por cada país de la
Unión, para evitar distorsiones entre ellos.
En
otras palabras, estamos a medio camino de lograr ser como los EE.UU., al no
lograr un acuerdo de unión política, ya que cuando algún dirigente de cualquier país de la
Unión Europea sale de viaje al mundo exterior, normalmente, sólo defiende y habla
en nombre de su país y las decisiones que toman no afectan al resto de países
miembros.
Para
entenderlo mejor, se podría hacer un repaso rápido de la historia de Europa a
partir de la segunda mitad del siglo XX: Ya en 1951 se firmó el Tratado de
París, creándose tres Comunidades: la CECA o Comunidad Europea del Carbón y del
Acero, la CEE o Comunidad Económica Europea y la CEEA (“Euratom” en las siglas
inglesas) o Comunidad Europea de la Energía Atómica, que, junto con el Tratado
de Roma, firmado en 1957, constituido
por seis países, inicialmente, fueron el embrión de la nueva configuración
europea. Conviene resaltar que mucho tiempo después, tras sucesivas
ampliaciones de países que se adherían a lo que se denominaba “La Comunidad
Económica Europea”, se firmaron los Tratados de Maastricht en 1992 o Tratado de
la Unión Europea, modificado por el Tratado de Amsterdam en 1997, seguido del de
Niza en 2001, para complementar al anterior, creándose el euro (que, en un
principio iba a llamarse “ECU o European Currency Unit”, en sus siglas
inglesas, equivalente a “Unidad de Cuenta Europea”), que entró en vigor el 1º
enero 2002. En definitiva, estamos ante
una Europa económica para 27 países y monetaria para sólo 17 miembros, que no
tiene nada que ver con EE.UU., que es un solo país ante el mundo.
4ªP.
¿Qué soluciones ves para que la crisis económica mundial se acabe cuanto antes?
4ªR.
En la cumbre europea de los pasados 8 y 9 de diciembre, Alemania y Francia han intentado, por todos
los medios, lograr una reforma
estructural del Tratado de la Unión Europea, para conseguir una verdadera integración
económica, un solo presupuesto europeo,
una fiscalidad única y un derecho laboral único, premisas básicas que nos
permitiría, de verdad, estar protegidos de los llamados “mercados o inversores”,
que sólo buscan su interés personal, sin importarles las consecuencias que
pudieran tener sus acciones en la economía de países enteros, al albergar
serias dudas sobre la gobernanza europea y la propia existencia del euro en el
futuro, al ir cada país por su cuenta y no existir una voz única en Europa,
haciendo que los tipos de interés de nueva deuda que se coloca en los mercados,
por los distintos países miembros, se disparen, lo cual no tiene más que una
razón política, al ir Europa a caballo de los mercados, provocando que la
crisis se extienda como una mancha de aceite, afectando a todos los países.
Habida
cuenta del hecho que no se ha logrado la unanimidad de los 27 países de la
Unión Europea, para lograr esa mayor cohesión económica y financiera, al
desmarcarse el Reino Unido del Tratado y vetarlo, lo que se ha producido, como
gran evento europeo, es la firma de un Acuerdo Intergubernamental, por el que
se establece la regla de oro, que establece la estabilidad presupuestaria de
todos los estados de la Unión, de manera que si el déficit público fuera
superior al 3% del Producto Interior Bruto, se aplicaría una sanción automática
al país en cuestión, salvo que países, con derecho de veto, se opongan. Además,
se han alcanzado otros acuerdos económicos y de capital financiero, que
refuerzan la Eurozona, cuyos efectos positivos se dejarán sentir el próximo año
2012, confiando en que los mercados no lo interpreten como “nuevos paños
calientes” para ayudar a los llamados países periféricos, tales como Irlanda,
Portugal, España, Italia y Grecia, que, en su opinión, han estado viviendo por
encima de sus posibilidades, endeudándose, excesivamente, en general, y que
ahora tienen que hacer más sacrificios para restablecer su equilibrio
financiero y reducir, sustancialmente, su déficit público.
Hay
que decir que, aunque algunos países de la Unión Europea muestran debilidades
importantes, su moneda, el euro sigue siendo una moneda fuerte, muy apetecible
en América Latina y países como China, India y Japón, y que, en su conjunto, la
Europa comunitaria dispone de una balanza por cuenta corriente más equilibrada
y unas cuentas públicas más saneadas que, por ejemplo, Estados Unidos o Japón.
Por consiguiente, si se llegara a alcanzar una auténtica Europa unida
políticamente, se convertiría, automáticamente, en una gran potencia, sirviendo
de contrapeso, en el buen sentido, a Estados
Unidos, Japón y los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
En
otras palabras, a nivel europeo, no veo ninguna solución definitiva, a corto
plazo, para atajar la crisis, de una vez por todas, más que agarrando al toro
por los cuernos, e intentar crear una
auténtica Unión Política Europea, cuanto antes, que pueda plantar cara a los
mercados y al mundo, con un solo Gobierno federal, un Presupuesto único y una
sola Moneda en todo el ámbito comunitario, sin exclusión de ningún país miembro.
5ªP.
¿Qué repercusiones sociales está teniendo la crisis actual en Grecia, Europa y
en el mundo, en general?
5ªR.
Se está desmantelando el estado de bienestar que se había logrado tras muchos
años de gran esfuerzo de los ciudadanos, pasándose al “estado de malestar”, que
se está traduciendo, sobre todo, en Grecia, en una contestación social muy
fuerte, al tener lugar huelgas generales continuas, en protesta contra las
medidas sociales y económicas que se están tomando por parte del Gobierno, para
poder seguir recibiendo ayuda del Fondo de Rescate (en julio 2012, conviviendo
con el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad, que contará con 500.000 millones
de euros, para ayudar a los países que los necesiten).
En
general, lo que está ocurriendo en toda Europa es que se están tomando medidas,
tales como la subida de impuestos, los recortes en el gasto público y nula
inversión pública, el aumento de la edad de jubilación, la congelación o
reducción de salarios y pensiones, etc. etc., cortando, con ello, de raíz
cualquier conato de recuperación o crecimiento económico, que es lo único que
haría mejorar el nivel de vida e incremento del empleo, ya que, en toda la
región europea, el desempleo está llegando a niveles absolutamente
insoportables, sobre todo, en España, que va a la cabeza, seguido de Grecia y
otros países, en los que la productividad, motor generador de crecimiento
económico, continua bajando, debido a la situación de malestar social que se ha
creado, con un descontento generalizado de la sociedad, sobre todo, porque
debido a la recesión económica, no está fluyendo el crédito bancario como
debería esperarse, al tener los bancos sus propios problemas de liquidez, debido
a la morosidad que se está generando y, sobre todo, por el incremento del
desempleo y el malestar social, que no se resuelve, precisamente, con el
aumento de la presión fiscal, sino con medidas gubernamentales de estímulo a la
creación de empleo.
Por
ello, tal como ya dije anteriormente, debe alcanzarse la unión de todos para actuar
solidariamente, crecer juntos, económicamente, tomando las medidas necesarias,
en el seno de una verdadera Unión Europea, en lo político y en lo económico, y crear, al mismo
tiempo, sus propias agencias de calificación de riesgos de la deuda soberana europea,
que sepan evaluar, con mayor eficiencia, el riesgo financiero existente en la
región europea.
Debo
añadir que considero que no tiene sentido alguno que, dentro de una nueva Unión
Europea, hipotéticamente hablando, dotada de un solo Gobierno europeo, con
competencia en todos los ámbitos y con decisiones vinculantes, directamente
aplicables a todos sus estados miembros, puedan convivir el euro con otras
monedas distintas, debiendo poder emitir eurobonos para poder financiarse en
los mercados internacionales, y de ese modo, acabando con la crisis económica y
financiera, así como con el malestar social creciente que se está generando, al
tener 27 voces, en lugar de una sola voz en el mundo.
Sevilla, a 17 de diciembre de 2011